Proponemos acá evaluar la cabeza en términos de elegancia, es decir de manera totalmente subjetiva.
La forma y el tamaño de la frente y de la barbada determinan el volumen y la geometría de la cabeza.
El tamaño y la implantación de las orejas, de los ojos, de la boca y de los ollares concurren para volverla más o menos armoniosa, más o menos expresiva…
La cabeza se aprecia de frente y de perfil (del lado derecho y del izquierdo!). Es interesante examinarla cuando el caballo está en reposo dentro de su pesebrera pero igualmente afuera cuando algún elemento de su medio ambiente le llama la atención.
Esta evaluación es un tema de gustos, así es ilusorio proponer un método de caracterización.
A los criadores de pura sangre árabes les gustan las cabezas chatas (de perfil cóncavo), de forma triangular, con las orejas pequeñas y los ojos saltones.
A los criadores de raza Lusitana les gustan las cabezas más voluminosas, con el perfil convexo.
Si un criador le diera importancia a la cabeza por razones de comercialización, él deberá evaluarlo en función de los gustos de sus clientes.
Si piensa que la observación de la cabeza tiene un significado funcional y si él privilegia la utilización final, sus criterios de apreciación de una “linda cabeza” dejarán lugar a una apreciación más hacia una “buena cabeza”.
El primer elemento “significativo” que nos viene a la mente al hablar de la cabeza es de orden comercial:
La cabeza es una de las primeras cosas que observa un potenciacomprador cuando está en presencia de un caballo. Él se da una impresión: si este es favorable, va a esperar que las demás cualidades se ajusten a esta primera impresión y examinara el caballo con un poco de indulgencia. En el caso contrario, el caballo deberá demostrar por sus demás cualidades que el amerita que nos acomodemos o resignemos a su cabeza “ordinaria”.
Sería simplista que únicamente nos fijáramos en este aspecto de las cosas puesto que dé la boca a la nuca, la cabeza encierra elementos funcionales importantes:
Un peso excesivo de la cabeza hace menos fáciles los movimientos de palanca del cuello.
Una boca muy pequeña no facilita la postura cómoda del filete sobre las barras de la mandíbula inferior.
El tamaño de los ollares y la separación de las mandíbulas son determinantes para la entrada de aire hacia los pulmones……
La conexión ósea entre la cabeza y la nuca juega un papel en la flexión de la cabeza, la aceptación de las instrucciones transmitidas por la mano del jinete y la justa toma de apoyo (contacto) sobre el filete.
Las orejas pequeñas a menudo las encontramos en los caballos inquietos, del mismo modo como los ojos hundidos dentro de sus orbitas, tal vez porque estos hacen más difícil la toma de información de su medio ambiente por el caballo.
La mirada es un poco el reflejo del temperamento, la serenidad o la intranquilidad (inquietud), la sumisión… Los caballos no hablan, sino su mirada habla a menudo por ellos!
Finalmente, en la cabeza, lo más importante es el cerebro que ella contiene! Él no es visible sino en el trabajo que podemos medir su influencia sobre muchos parámetros del comportamiento.
De JOVIS DE RAVEL a KHADIDJA, de DARCO a SANDRO y en nuestro catálogo, de KANNAN a CONTENDRO I, todas sus cabezas son compatibles con el talento.
A falta de proponer una relación evidente entre el tipo de cabeza y el buen desempeño, hemos evaluado nuestros reproductores en este respeto, sobre la importancia de la estética comercial.
Los criadores que le den poca importancia a este criterio podrán no utilizarlo dentro de la caracterización de sus yeguas y este será “neutralizado” en el análisis. Aquellos que le den una gran importancia, podrán definirlo como un criterio de mejoramiento prioritario y tenerlo en cuenta.