Nosotros tocamos aquí un aspecto mal conocido y con observaciones difíciles de transformar en caracterización precisa pero del cual todo el mundo percibe su importancia.
Se trata de algo más allá que “una buena cabeza”; es igualmente una cabeza (un cerebro) quien determina comportamientos propicios para el aprendizaje, para la memorización y para la repetición en el tiempo de gestos (movimientos) y de actitudes favorables para el buen desempeño. Existen libros sobre observación comportamental, pero no hay o solo muy pocas publicaciones que permitan hacer un vínculo entre los parámetros observables del comportamiento y el buen desempeño deportivo; Por esta razón este capítulo toma la forma de una discusión y es igualmente la razón por la cual los lectores son invitados a enriquecerla por sus contribuciones por correo o sobre el sitio de internet www.gfeweb.com
Nosotros nos interesamos en tres aspectos del comportamiento que el criador puede observar en el tiempo mirando cómo funciona un individuo dado en el seno de un grupo y en interacción con el hombre en las labores corrientes de la crianza (trayectos del potrero a la pesebrera, comidas, parajes, cuidados, viajes y comportamientos durante las concentraciones o agrupaciones….).
El carácter sumiso o dominante se observa en el seno de la manada mirando la posición del individuo dentro de la escala jerárquica: acceso al abrevadero y al comedero colectivo, reacción a los gestos y movimientos de intimidación de los demás individuos. Un “sumiso” reproducirá su carácter y será más o menos fácil someterlo? La pregunta no está resuelta.
En cambio, es permitido pensar que un individuo híper-dominante deberá ser iniciado teniendo cuidado de que el trabajo le sea agradable.