La calidad de la recepción del obstáculo, que a su vez predispone a llegada del siguiente, está ligada a los criterios de morfología, de locomoción y de técnica de salto.
Se observa por el número de batidas que son necesarias para que el caballo recupere el estado de equilibrio y de disponibilidad que tenía en la batida anterior a la batida de llegada al salto, con el fin de poder producir un nuevo salto.
Ella depende de la capacidad natural del caballo de amortiguar el choque de la caída y de volver a encontrar enseguida todas sus facultades.
Entre más grande (importante) sea la báscula del salto, más estará el cuerpo en posición vertical en el momento en que los miembros anteriores tocan el suelo, mas importantes serán las tensiones físicas sobre el tren anterior y más la recuperación del equilibrio será perturbada.
Entre más flexible sea el caballo y apto para remeter los posteriores bajo su masa, más se facilitará la recuperación del equilibrio. Entre más tenga una trayectoria elástica, más podrá manejar las tensiones físicas derivadas del aterrizaje. Más utilice eficazmente su cuello en la fase de aterrizaje, más rápidamente estará disponible para la maniobra siguiente (salto, giro…..).
Para observar bien la predisposición natural del caballo en libertad a recuperar su equilibrio, hay que dejar suficiente espacio después del obstáculo para que él pueda realizar al menos tres batidas en línea recta. Es decir, prever al menos 15 a 18 m entre el plano posterior del obstáculo y el final de la línea recta. El observador debe encontrarse del lado de la recepción del obstáculo y focalizar su atención sobre este aspecto particular del salto.
La evaluación se hace de manera subjetiva, por un ojo experto, estimando el número de batidas necesarias para la recuperación del equilibrio. Para aquellos que disponen de un espacio para realizar salto en libertad con una buena línea recta, es posible verificar la evaluación colocando un repetido doble a dos batidas con dos obstáculos idénticos.
La utilidad en concursos de salto de obstáculos (CSO) de una recuperación rápida del equilibrio no tiene duda.
Encadenamiento o sucesión de distancias que impongan una variación de la amplitud de las batidas, y necesidad de girar rápidamente después del aterrizaje de un salto, son las dos principales razones que vuelven apreciable una buena predisposición a la recuperación del equilibrio rápido después del salto.
Esta cualidad está ligada a parámetros de conformación, de locomoción y de técnica de salto que son heredables y ella por lo tanto igualmente lo es dentro de una cierta medida.
No obstante, es igualmente una cualidad que se desarrolla por el trabajo: líneas de caballetes (pulgas), varas en el suelo en el aterrizaje…..
Teniendo en cuenta los parámetros implicados en este trabajo, no hay que emprenderlo muy rápido y muy fuerte, a riesgo de afectar la longevidad del caballo. A este respecto, una buena predisposición natural a esta recuperación de equilibrio es algo que debemos buscar y preservar.