El paso es un aire de 4 tiempos en el cual un anterior avanza, seguido del posterior del mismo lado, seguido del otro anterior y del último posterior. El paso se observa sin “forzar” el aire permitiendo al caballo avanzar a buena velocidad sin perturbar su equilibrio.
Un miembro no deja el suelo sino hasta que los otros tres miembros están en contacto; hablamos de un aire marcado.
Su flexibilidad (soltura) se mide comparando el emplazamiento (ubicación) de la huella de un pie posterior en relación al anterior del mismo lado que acaba de posarse en el suelo. Uno dice que el caballo “cubre” la huella si está se superponen. El caballo “no pasa” si la huella del posterior queda por detrás y “sobrepasa” la huella si está se posa adelante. Esta primera medida puede medirse físicamente con un metro de carpintero: El equilibrio es difícil de apreciar visualmente; uno puede tratar de “escucharlo”: un caballo herrado sobre suelo duro debe producir al paso 4 sonidos idénticos, separados de un mismo intervalo de tiempo. Su amplitud está definida por la distancia media que separa en el suelo dos huellas del mismo pie!
Está se mide comparando el número promedio de pasos necesario para recorrer tres o cuatro veces una distancia en línea recta de 30 m como mínimo.
Para juzgar la soltura o flexibilidad del paso, se mira si el caballo cubre o no la huella, y en la distancia en que sobrepasa. Un caballo que “no pasa” la huella tendrá un paso “poco” suelto. Tendrá la nota siguiente, es decir la segunda casilla, si cubre la huella. Se anotará en la tercera casilla si sobrepasa menos de 10 cm para un caballo con silueta horizontal y menos de 15 cm para un caballo con silueta cuadrada y será juzgado como con “mucha soltura” si sobrepasa de más de 10 cm para los “horizontales” y de más de 15 cm para los “cuadrados”.
La amplitud del paso debe apreciarse en función a la alzada. El paso se juzgara como poco amplio si es de una longitud inferior a 0,9 veces la alzada a la cruz; se anotará en la casilla siguiente si está comprendida entre 0,9 veces a 1 vez de la alzada, se anotará en la casilla siguiente entre 1 y 1,1 veces la alzada, y otorgaremos el calificativo de “mucha amplitud” si la longitud del paso es superior a 1,1 veces la alzada.
Las medidas deben ser realizadas con un caballo “caliente” y ser relativizadas teniendo en cuenta la edad y la condición física de los caballos en el momento de la observación. Una yegua al final de la gestación va naturalmente a perder amplitud y elasticidad. Las “normas” propuestas se dirigen a un joven adulto en condición física correcta y sin exceso de peso.
La simetría del paso es deseable y está en este aire que uno puede, al observarlo, determinar una molestia física o un mal funcionamiento musculo-esquelético. La flexibilidad del paso, medida por el remetimiento de los posteriores, permite determinar la capacidad del caballo de meter sus corvejones bajo su masa y por tanto en el trabajo, para favorecer el empuje vertical (momento del salto). La amplitud del paso es un signo de potencia y de buen funcionamiento de las palancas de la espalda y de la pierna. Con un significado menos funcional, hay también subrayar que el paso es el primer aire observado por los jueces de conformación y movimientos. Como la cabeza del caballo para el cliente, éste crea un clima más o menos favorable para lo que sigue del examen.
El paso es un aire de trabajo que permite pedir “estiramientos” para mejorar la flexibilidad (soltura) y desarrollar una musculatura sin pedir desmesuradamente a las articulaciones y al sistema cardio-vascular.
La soltura y la amplitud son siempre apreciables; como “la sangre” (reactividad), no hay inconvenientes de tener mucha a condición de que se haga buen uso de ellas….
Un buen paso puede compensar, mostrando que el caballo utiliza bien las palancas de la espalda y de la grupa, defectos de orientación o de longitud observados en sus partes del cuerpo.