Los radios son los tres elementos que forman las palancas del miembro anterior y del miembro posterior.
Para el miembro anterior, se trata del omoplato (espalda) del humero (brazo) y del radio (ante brazo) que va del codo a la rodilla (carpo). Los medimos sumando las distancias que van de la parte alta del omoplato a la punta del hombro (encuentro), de la punta del hombro al codo y del codo a la parte superior de la rodilla (fig. 26).
Para el miembro posterior, se trata del hueso iliaco (pelvis), del fémur que se une al hueso iliaco al nivel del trocánter y que se termina hacia adelante por la rótula, y de la tibia (la pierna) que une el fémur al tarso (corvejón). Los medimos sumando las distancias que van de la punta de la cadera (tuberosidad coxal) a la punta de la nalga, del trocánter a la babilla y de la babilla a la parte superior del corvejón. El trocánter se localiza alrededor de una mano abierta delante de la punta de la nalga en dirección a la punta de la cadera.
Se observan en los ángulos que forman (cf. La espalda y la grupa) y en las dimensione en relación con resto del cuerpo.
Los radios serán “cortos” o “largos” en función de su tamaño con relación a la alzada del caballo medida en la cruz y en la grupa y a la forma de su silueta.
Diremos que un caballos tiene “radios largos” anteriores, si la suma de las longitudes de los tres radios (A + B + C) es superior o igual al 95% de la alzada del caballo en la cruz (D), “ligeramente largos” entre 88 y 95% de la alzada, “ligeramente cortos” entre el 80 y el 88%, y que tiene los radios cortos si ella es inferior al 80% de la alzada.
La misma terminología se aplica al miembro posterior (A’ + B’ + C’), pero midiendo la altura en la parte alta de la grupa (D’) (articulación lumbo-sacra).
La nota de impresión global se da haciendo la suma de “anteriores” + “posteriores”.
Atención: los radios son independientes del tamaño en la cruz y de la extensión (amplitud) de la silueta. Itot du Chateau es un caballo pequeño con una silueta cuadrada, pero con radios largos!
Las palancas le permiten a la espalda y a la pierna jugar su papel en la propulsión y en la locomoción en el momento del salto.
Entre más largas sean, más serán fáciles de accionar, determinando así una mayor amplitud de batida y una impulsión (empuje) mayor en el momento del salto.
Parecería quizás deseable privilegiar los caballos con grandes radios.
A la vez que son más eficaces, los radios grandes son igualmente más sensibles a las “falsas maniobras” y pueden convertirse en un inconveniente en los caballos muy rígidos o mal equilibrados.
Van entonces a ayudar a amplificar las consecuencias de la falta de equilibrio y de la mala dirección de la propulsión durante el salto.
Como para la mayoría de las demás características, constatamos de nuevo que la apreciación que se haga debe hacerse mirando como el caballo o la pareja caballo/jinete, los hace funcionar.