La forma geométrica de la silueta se aprecia parando el caballo en equilibrio sobre un suelo plano, con los huesos de la caña (metacarpos) de los miembros anteriores en la vertical.
Por lo tanto hay que imaginar dos líneas verticales (es decir, perpendiculares al suelo) la primera pasando por la punta del hombro (encuentro) y la segunda por la punta del corvejón cuando la caña del miembro posterior esta vertical.
La primera línea horizontal corresponde a la línea del suelo y la segunda que va a cerrar el cuadrilátero esta tangente a la parte superior de la cruz (parte alta) y parte alta de la grupa (unión sacro-iliaca).
La figura obtenida es generalmente un rectángulo más o menos alargado. Su altura se mide en la cruz y su largo partiendo de la punta del hombro y a lo largo del flanco hasta el aplomo de la punta del corvejón cuando la caña posterior esta vertical (para un corvejón dicho “en su lugar”, esto corresponde más o menos a la punta de la nalga o isquion).
Si el caballo tiene “los corvejones lejos o desplazados”, si tiene la cruz muy salida (pronunciada) o muy hundida, el rectángulo puede estar ligeramente deformado.
La pendiente de la línea tangente a la cruz y a la parte alta de la grupa va a permitir determinar si la silueta está en ascenso (montante) o en descenso (descendiente).
Si la altura (alzada) en la cruz es superior a la altura en la parte alta de la grupa, la silueta es en ascenso (montante). Si está a la inversa, ella es en descenso (descendiente).
La relación largo/alto del cuadrilátero va a determinar si la silueta está más “cuadrada” o “rectangular”.
Si la relación largo/alto es inferior a 0.96, estaremos hablando de una silueta “cuadrada”, hasta 1.03, ella será “ligeramente cuadrada”, y se convertirá en “ligeramente rectangular” de 1.04 a 1.10 y en “rectangular” con una relación más allá de 1.10.
En los perros, el bulldog es “cuadrado” y el teckel “rectangular”.
Si la altura en la cruz es superior de más de 3 cm a la altura en la parte alta de la grupa, la silueta es en ascenso (montante). Ella es ligeramente en ascenso (ligeramente montante) entre 0 a 3 cm. Ella es ligeramente descendiente si la altura en la parte alta de la grupa está por encima de 0 a 3 cm de aquella de la cruz y es descendiente cuando hay más de 3 cm de diferencia.
Nuestro bulldog es “descendiente” y los lebreles o galgos son “montantes”.
La silueta de tipo cuadrada o rectangular puede apreciarse seis a nueve meses después del nacimiento y de forma precisa a los 3 años. Para lo referente a montante o descendiente es necesario esperar hasta el final del crecimiento y puede evolucionar hasta los 5 a 6 años.
El conjunto de cadenas esqueléticas y musculares que van desde el codo, pasando por la punta del hombro, la cruz, los riñones, la grupa hasta la rótula, constituyen “arcos” que participan en la distención o expansión vertical y horizontal del caballo.
La forma de estos arcos juega un papel dentro de la amplitud de las batidas (distensión horizontal) y la capacidad o aptitud para propulsarse hacia arriba (distención vertical).
Con tono muscular y flexibilidad iguales, entre más este conjunto de arcos sea largo, más la distención horizontal y vertical serán poderosas.
Como un arco, entre más lo doblemos (incurvemos), menos va a ser poderoso, pero entre menos lo incurvemos, más va a ser difícil doblarlo.
Entre más el centro de gravedad se encuentre hacia la parte de atrás (caballo hecho en ascenso), más se facilitara la impulsión hacia arriba, pero demandando un mayor esfuerzo del tren posterior.
A la inversa, entre más tenga su centro de gravedad hacia adelante (caballo hecho en descenso), más él aliviara el esfuerzo del tren posterior, exigiendo un mayor esfuerzo de los hombros (la “frappe” o momento del pique), y la bajada de la cadera para asegurar la impulsión vertical.
Es importante subrayar de paso que el trabajo de los caballos jóvenes debe tener en cuenta el tipo de silueta y la evolución que esta tenga durante el final de su crecimiento.
De manera un poco caricaturesca, podríamos decir que un caballo ligeramente cuadrado y hecho en ascenso (montante) tendrá un equilibrio menos delicado para manejar, especialmente por un jinete aficionado, que un caballo largo y hecho en descenso. En compensación, este último tendrá una mejor predisposición que el primero a tener batidas largas y una gran trayectoria, útiles para los jinetes de alto nivel.
Como es frecuente en este libro, hay que subrayar que el significado funcional de una característica morfológica, se encuentra en la interacción con las demás características.
Es casi imposible predecir la habilidad para el salto (aptitud) mirando simplemente la silueta.
Una silueta larga es una ventaja (un plus) para un caballo elástico y tonificado y se convierte en un inconveniente si es rígido!
Un caballo hecho en ascenso (montante) tiene ventajas si posee un tren posterior fuerte y poderoso y estará en desventaja en el caso contrario!
Vemos que el trabajo juega un papel determinante en la funcionalidad de la silueta. No trabajamos de la misma manera un caballo muy cuadrado o muy rectangular, ni un caballo que está hecho “en ascenso” como un caballo hecho en forma “descendiente”.
Excepto la cantidad de músculos y su tono, la soltura y el equilibrio natural de los aires, la forma y el tamaño del hombro y la grupa y la técnica de salto son los parámetros que interfieren más con la silueta para producir el resultado esperado.
A tener en cuenta que todos los tipos de siluetas se encuentran en paddocks de grandes premios: del “cuadrado” de Jappeloup al “horizontal” de Touch of Class y el de un Milton hecho de forma “ascendiente” a una Electra hecha ligeramente descendiente.