El Hombro

 


Es un triángulo que tiene por cumbre la cumbre del omóplato, la punta del hombro, y la punta del codo. Tomamos en consideración su forma, su forma y su orientación.

El ángulo entre el eje del omóplato y el del húmero es generalmente cerca de 90° para que se pueda calcular la superficie del hombro multiplicando la longitud del omóplato por la del húmero y dividiendo por dos.


La orientación del hombro se mide al ángulo entre el eje del omóplato y la vertical cuando coloca al caballo sobre sus 4 pies con los cañones verticales. El hombro será oblicuo cuando este ángulo se acercará a los 45°.


El funcionamiento de los distintos grupos musculares y articulaciones se explican en “Biomecánica y Gimnasia del caballo”, JM DENOIX. El caballo que no posee clavícula, sus miembros anteriores sólo se conectan al tronco por músculos que se contratan o se estén en las distintas fases de la locomoción y el salto.


Hay características de importancia, forma y orientación del hombro que, todas cosas iguales por otra parte, facilitan su buen funcionamiento en el salto.
JM Denoix describe 5 fases que implican el hombro al acceso del obstáculo: preparación de pegada, pegada con el tronco descendente entre los hombros, pliegue de las articulaciones, propulsión vertical con apertura de las articulaciones y protracción acompañada de recoger del previos. En esta última fase el omóplato se acerca del horizontal y las rodillas se recodan y avanzan.

Durante la fase de suspensión, las articulaciones se liberan de la presión sufrida en la fase en primer lugar y los “motores adicionales” pueden desempeñar su papel: escote, espaldas y cuenca son las principales pero pro tracción del hombro y la proyección de las rodillas lo hacen parte.
La recepción del salto se hace en tres tiempos: toma de apoyo del previos con el suelo, a la cual el tronco va a descender entre los hombros, seguida de un tiempo de suspensión entre el apoyo del previos y la reanudación de apoyo del posteriores, terminada por la toma de apoyo del posteriores permitiendo la reanudación de equilibrio.

En estas tres fases el hombro será un amortiguador, apoyo del peso del cuerpo y propulsión para la reanudación de equilibrio.

Para la realización del salto, existe conformaciones más favorables que otros. Cuanto más el omóplato será largo, más la función de amortiguador será eficaz. Cuanto más será oblicua con relación al horizontal y más la función de protracción al acceso y en cepillarlo será fácil.

El cierre de los ángulos entre el omóplato y el húmero (punta del hombro) y entre el húmero y el codo será tanto más fácil cuanto que el húmero será cercano del horizontal. No obstante, esta característica promovida el extremo se vuelve torpe en el movimiento de protracción que termina la fase de llamada del salto.

El hombro “ideal” se forma pues por un omóplato largo e inclinado, articulado a 90° con el húmero.

29/03/2019 - Divers